lunes, mayo 03, 2004

Chespirito para presidente

No cabe duda: la política mexicana [interior y exterior] está que ni pintada para un capítulo del Chavo del Ocho [o para acto payasín-circense], y creo que ni a Gómez Bolaños se le hubiera ocurrido algo mejor. En la actualidad, podemos ver (literalmente y por TV) que desde el protagonismo de Castañeda (que por cierto lo costó la cancillería) y el affaire de la "Whole Enchilada" de Aguilar Zínser (a quien también le costó la chamba en la ONU) hasta los video-escándalos de Ahumada y su caterba de secuaces (Ímaz, Bejarano, y los que faltan), estamos viendo las tres pistas de una puesta en escena divertidamente chespiritiana. El acto más reciente de esto nos fue presentado ayer domingo, por Creel y por Derbez (a éste último la vena cómica le viene de familia), quienes —irónicamente poco antes del Big Brother VIP— anunciaban en rueda de prensa que, a partir de ese momento, las relaciones con Cuba quedaban degradas exclusivamente a negocios y comercio. En las declaraciones tanto del Canciller Derbez, como del Secretario Creel se pone de relieve la cómica lógica del "denme mis calzones porque ya no juego" (i. e. Kiko pidéndole al Chavo su pelota porque éste le hizo mala cara a aquél).

Aunque también puede verse que, como decía mi madre, a Cuba se "le voltió el chirrión por el palito". Lo que en principio era una especie de "bofetada con guante blanco" (propinada por Fidel a Fox, con su nota diplomática y con su discurso del sábado 01 de mayo) se convirtió en motivo para un reclamo/berrrinche por parte del mandatario mexicano (el berrinche de Toledo en Perú retirando también a su embajador es interesante, pero esa es otra historia). Este reclamo rayó, por lo menos ayer, casi en una ruptura total con la isla, al grado de que las relaciones México-Cuba nunca habían estado tan dañadas. Probablemente en las cúpulas cubanas se creía que todo iba a concluir con una guerra de declaraciones tipo Chavo del Ocho (i. e. Ron Damón y el Profesor Jirafales intercambiando sendos "qué, qué", aderezados por pequeños empujones, para luego deslegitimar todo intento de lucha con un desdeñoso "aaahhhh"). Pero no. Más que dimes y diretes, resulta que con la retirada del embajador mexicano (y del peruano) de la Isla, ésta quedó aún más aislada en el contexto regional.

No me interesa justificar la decisión del mandatario mexicano y de su gabinetazo . Nada hay más lejos de mis pretensiones. Pero Fidel se mandó: eso de decir que: "Duele profundamente que tanto prestigio e influencia ganados por México en América Latina y en el mundo por su intachable política internacional [...] hayan sido convertidos en cenizas" debió haberle dolido a Fox en lo profundo de su vaquerezca dignidad. Duro y a la cabeza ¿no?. De cuaquier modo, Fox se lo merece por el famosísimo: "...comes y te vas". Luego, Fidel arremetió contra Toledo al decir que: "Perú [...] constituye un ejemplo del grado de abyección y dependencia a que han conducido el imperialismo y su globalización neoliberal a muchos estados de América Latina". Independientemente de lo que sucedió con Perú, parece que al secretario de Gobernación de nuestro país le molestó más que José Arbesú (jefe del Área de América del Departamento de Relaciones Internacionales del Comité Central del PC) y Pedro Lobaina Jiménez de Castro (funcionario del mismo Partido) realizaran, con ayuda de Orlando Silva Fors (consejero político de la embajada de Cuba en México), “actividades inaceptables (...), tratando en el territorio nacional, fuera del marco institucional y de los procedimientos que se establecen en los acuerdos y tratados vigentes entre ambos estados, asuntos que en todo caso deben desahogarse por la vía diplomática de las instancias competentes”. Es curioso, pero si uno lo piensa un poquito de manera perversa, resulta más "grosero" e indignante la presencia de casi una decena de científicos (militares) ingleses en las grutas de Cuetzalan, Puebla, con sabe qué maquiavélicas intenciones. ¿Por qué no mandamos al Embajador de Inglaterra en México derechito a... Londres? ¿Por qué no nos trajimos al embajador mexicano con aspavientos y el rostro colorado del coraje?

En fin, más que el corte chespiritiano de la política exterior mexicana resulta sospechoso el entreguismo de nuestros gobernantes. ¿Acaso la fuerte reacción ante las acciones cubanas por parte de la presidencia (en voz del Canciller Derbez y del Secretario Creel) responde a la reciente aprobación y certificación que amablemente nos otorgara E. U.? Qué es lo que sigue: ¿veremos a México convertido en un nuevo Puerto Rico? O peor aún ¿a Cuba en Las Vegas? Así como van las cosas, pronto tendremos a un ridículo megalómano como Chespirito aspirando a la presidencia desde una candidatura ciudadana....¿Cómo? Ah, perdón, me olvidaba que ya tenemos uno....


Y para colmo: perdieron las chivas.

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