jueves, agosto 05, 2004

I, human

Ayer vi por segunda vez —gracias a circunstancias ajenas a mi voluntad— la película de I, Robot . La primera ocasión traté de acercarme a dicha película sin ningún afán pseudo–analítico ni nada parecido. Quería disfrutarla como una obra de ciencia ficción basada en textos de un autor que desconozco totalmente. Y sólo eso. Pero en esta segunda ocasión mi mirada fue otra. Ahora la atención se fijó no tanto en los personajes centrales, sino en los elementos del segundo plano, en los argumentos subyacentes y cosas por el estilo. En principio había pensado —antes de comenzar a escribir— en poner de relieve los tintes y resonancias racistas que se destacan en buena parte de los argumentos. Así, iba a decir que las ideas de esclavitud y negritud resultaban significativas para desenmarañar la hipótesis anterior. Creo que una escena que condensa e ilustra en buena medida lo que quiero decir es aquella en la que Mr. Robertson, junto a su equipo de abogados, va a la estación de policía a reclamar la potestad de Sonny, el androide al que Spooner acusa de asesinato. En dicha escena la voz cantante la ostenta Mr. Robertson —casi un arquetipo ario—, mientras que el resto de los personajes es colocado en una posición de subordinación que raya casi en lo sumiso. Recordémos que Mr. Robertson literalmente le truena los dedos a su abogado de color para que entregue un amparo. La respuesta del jefe de la policía es tímida y titubeante, por lo que Spooner sugiere llamar al Alcalde de la ciudad para lograr retener a Sonny. Antes de que eso ocurra, Mr. Robertson ya tiene lista una conferencia, vía celular, con el Alcalde, lo cual muestra la influencia y poder de “el hombre más rico del planeta”, como lo llama Spooner en su primer encuentro con él. Y esa escena no es la única. Pero de lo anterior mejor no hablo porque implica entrar en vericuetos que no tienen salida. Creo que mejor me quedo con la reflexión que me produjo la primera vez que vi la película, la cual gira alrededor de lo que nos hace ser humanos. Este tema ha sido discutido por personajes tan dispares como Rob Zombie, Nietzsche, Heidegger, Hegel, Platón [quien era un tipo que cuando estaba borracho le gustaba que lo llamaran] Sócrates, Aristóteles, Heráclito, Parménides, Layne Staley (coloque aquí a su pensador de preferencia), etc. Es, incluso, quizá hasta más popular que el tema de la inmortalidad del cangrejo (¿realmente serán inmortales tales animalitos?). De cualquier modo, el tema se me vino a la cabeza porque recientemente lo leí en el blog de Antonio Marts, (un verdadero escritor y no un pálido intento como yo).


En fin, en el citado filme se exploran algunos aspectos que podrían servir de respuesta a la mencionada interrogante (no la de los cangrejos sino la de los humanos). Cabe mencionar, de entrada, que difícilmente será posible dilucidar la esencia del ser humano en un humilde blog como éste. Así, más que presentar algunas respuestas, con lo que me quedo es con un montón de preguntas, de las cuales planteo algunas aquí (mi hermanillo tiene una teoría con respecto al egoísmo como elemento definitorio del ser humano, pero eso es harina de otro costal). De este modo, para iniciar, me parece que una de las escenas que pone de relieve la discusión con respecto al ser humano es la del interrogatorio que Sponner le hace a Sonny en el precinto de la policía. Ahí se nota cómo Spooner intenta definir(se) y diferenciar(se) lo que él es con respecto a Sonny a partir de la desligitimación de las pretensiones de humanidad de este último. De lo que no se da cuenta Spooner es de que Sonny está aprendiendo a ser humano. ¿Acaso las emociones que muestra el robotín no son humanas, quizá demasiado humanas?. ¿Acaso el aprendizaje del guiño no convierte a Sonny en un tipo digno de confianza para Spooner, al grado que le confía la vida de su morra, la Dra. Calvin? ¿Acaso los giros en el lenguaje de Spooner (de ser una cosa, un algo, Sonny se transforma en un alguien) cuando se refiere a Sonny no lo van humanizando poco a poco?. Lo que quiero decir es que, en última instancia, los cimientos de lo humano son culturales. Al principio, para Spooner, Sonny era como una simple imitación de la vida humana. El propio ser de Sonny era siempre un «como si», casi una especie de realidad virtual. Pero ¿acaso nosotros mismos, tú, en este instante que lees, no está inmerso en una realidad virtual? Y esta virtualidad (este vivir «como si»)no se reduce a las cuestiones cyberinternéicas. Esto se transmina al ámbito de la vida cotidiana: ¿acaso no endulzamos nuestro latte matutino con algo que es «como si» fuera azucar? ¿Acaso no descongelamos nuestra comida en algo que es como si fuera lumbre (el microwave)? ¿Acaso el mismo maíz que comemos en las tortillas (nuestra esencia, casi una definición de la mexicanidad, según algunos) no está modificado genéticamente (es como si comiésemos tortillas)? Es innegable que la realidad virtual no es una cosa del futuro. Más bien, la RV es algo con lo que lidiamos día a día. Si Sonny termina al final de la película, por humanizarse, por aprender a ser humano: ¿ocurre lo mismo a la inversa? ¿Acaso en la medida en que convivimos de manera cotidiana con la RV nos deshumanizamos, nos convertimos en cyborgs (cada día más nos despegamos menos de nuestros walkman, de nuestros cellphones, de nuestras laptops, de nuestras agendas electrónicas, casi al grado de que todo ello se va convirtiendo, con el tiempo, en extensiones de nuestro prpio cuerpo)y construimos identidades transhumanas, para utilizar la figura expresada por Martin Mora (udg)? Para finalizar esta pseudoreflexión iba a apelar a la famosa pregunta por el ser, hecha por Heidegger. Pero no, mejor acudo al blanco/santo horror de lo real, expresado por Hegel. Creo que eso condensa mejor cómo me sentí ayer al salir del cine. Maldito cine. Maldito Robot. Yo hoy digo I, human...

5 comentarios:

Beatriz dijo...

Chale...
yo habìa dejado un comentario justo aquí y ahora no lo veo.
Pero decía algo así como:
"NO me extraña. Somos la raza del maíz transgénico"
Decía otras cosas pero ya mi memoria se encargó de digerirlas.

Larva ♓ dijo...

Wow!, excelente comentario y muy acertado. Se me hace dificil opinar al respecto , por la ambiguedad del tema y porque mi forma de ver las cosas es muy parecida a la tuya; puedo caer en repeticiones, pero trataré de no hacerlo.
Pienso, que lo que nos hace diferentes a los demás seres vivos del planeta y de toda la materia en general, es el hecho de que nosotros tenemos conciencia. Considero que el ser humano, conciente de lo que pasa a su alrededor, ha tratado de defenderse de todo aquello que ha notado como una amenaza para su existencia; esto basandose en su capacidad de crear. Ahora bien, la conciencia es lo que nos ha hecho percibir el medio ambiente, lo cual hemos aprendido a clasificar por medio de conceptos como: el bien y el mal, la belleza y la fealdad, etc.
Sin embargo, seguimos siendo animales, y el hecho de tener conciencia de las cosas no quiere decir que tengamos que entender esas cosas de las que somos concientes, así que es ahí donde yo pienso que entran nuestros instintos animales, y actuamos como tales.
En fin, creo que tal vez podremos enseñar a nuestras creaciones(ya sean robots, computadoras, agendas digitales, etc) a comportarse como nosotros y a satisfacer nuestras necesidades como pseudo-extensiones de nosotros mismos, pero no creo, que nada(cosa o lo que no sea humano), jamás, pueda convertirse en humano, siento que nuestra existencia más que una necesidad de la naturaleza, fue una casualidad(y talvez hasta un error), que será MUY DIFICIL que se repita. Creo que el problema de "las cosas(entiendase robots o cosas digitales) que se apoderan de nosotros" está solo en nosotros; ya que, perdidos del inicial concepto de nuestras propias creaciones, nos hemos enviciado en algo que nosotros mismos hemos hecho parte de nosotros.
Siento que esta conciencia que tenemos solo nos tortura, talvez estamos destinados a ver y a sentir cosas que jamás podremos entender, pues nuestros sentidos están muy limitados.

Saludos.

P.D.Disculpa mi largo comentario, pero humildemente lo he puesto para satisfacer mi necesidad de expresarme.

Sandy Gallia dijo...

Creo que por esta ocasion no te leeré, no he visto la pelicula, hasta que la vea te comentaré =)

Marte M. dijo...

Pues como defino a un culturoso... pues a ver... para mi un culturoso es un tipo que, o una, se regodea de sus grandes conocimientos culturales y sus enormes dotes artisticos sin tener ni lo uno ni lo otro, o teniendolos tambien, no se cual me parece mas pior, o dos, aquellos artistas que piensan que con sus obras estan descubriendo el agua de jamaica y que el mundo no merece tenerlos, lo que decia: "...miradas: I'm to good for you" pero bueno, no hay que ser intolerantes, cada quien que sea como quiera, no le digo que hasta me divierto cuando los veo jeje
Saludos carnal, me gustó leer por estos lados

Marte M. dijo...

ah y acabo de ver, chido por el link!!! será recíproco