lunes, octubre 30, 2006

El ensayista escribe y le crece la nariz

Escribo, como siempre, para contradecirme. Despotrico contra la Literatura, como siempre. Y por Literatura (así, con mayúscula) entiendo todo aquello que es pensable y, por ende, con posibilidad de ser (d)escrito. ¿Para qué? ¿Por qué? Me parece que la única forma de otorgarle la pureza a cualquier cosa es, desde luego, pudriéndola. Estoy convencido de que la única vía para llegar al fondo de algo radica en la destrucción total. ¿Cuál es la forma que adquiere lo anterior? Supongamos un cuento. Cualquiera. Supongamos además que dicho cuento se estructura alrededor de un vacío, cuyo eje no es precisamente el de la lógica occidental, sino su excentro implica que el desenlace del relato conlleva a una especie de bucle temporal, que no preexiste a sus efectos, sino que es retroactivamente postulado por éstos. Podría decirse que es a través de sus ecos dentro de la estructura significante que el final se convierte en lo que siempre-ya era. Ello implica, un posicionamiento ético con respecto a toda narración: pensemos que todo enfoque directo, constituido por la lógica narrativa del antes y el después, del inicio, nudo y desenlace, falla necesariamente si se trata de aprehenderlo de modo directo, sin tener en cuenta sus efectos posteriores. Al hacerlo de ese modo, al recurrir a la Literatura (como hacen esos pendejetes que se asumen como generación del Crak), nos quedaríamos atrapados dentro de la lógica tradicional del ejercicio literario, inmersos en el más puro factum brutum sin sentido.


PD.

Por eso es que tiene mucho sentido volver a postear esto:

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Diálogo a una sola voz

Hay quienes creen que leer a Cervantes [ponga usted aquí el nombre de su Escritor favorito] es una condición necesaria e ineludible para tener acceso a la Literatura. Autor imprescindibilísimo, le dicen, adoptando una pose de autosuficiencia erudita mientras citan —de memoria— algún pasaje oscuro de “La llegada a Barcelona” o de “La Cabeza encantada”. Yo al único Cervantes que conozco es al que religiosamente vendía tacos de birria todas las mañanas en la plaza de mi barrio [hasta que le destazaron el voluminoso vientre por un misterioso lío de faldas]. Dicen que tenía el hígado del tamaño de su inseparable botella de mezcal. Su vida sí que era literatura de la buena. Literatura o literatura, he ahí el dilema. Cuántos prejuicios pueden ocultarse detrás de una simple mayúscula ¿no? Habría, pues, que agarrar a martillazos a esa gran “L” hasta resquebrajarle los cimientos, adelgazarla hasta que quede en el anoréxico y precario equilibrio de una “l” que a duras penas se sostiene. Desdivinizar la Literatura implicaría hacer estallar el Olimpo literario al que sólo los Escritores pueden entrar por derecho propio [¿por derecho propio?]. ¿Por qué no convertirse, pues, en escritores así, con minúscula, [patos] terroristas que le tiran a las grandes letras [escopetas] sostenidas por una sociedad mafiosa de Escritores que no se han enterado de su propia muerte? Ese día la Literatura habrá dejado de ser tal. Ese día vivirá la literatura.

Es muy probable que nunca publique nada de esto en ningún lado [salvo en mi blog] y sólo pueda dialogar a una sola voz… conmigo. No importa. Yo no quiero ser Escritor. Es más, no quiero ser nada. No puedo querer ser nada. Aparte de eso, sólo quiero escribir, es decir, adoptar una especie de “nomadismo de la reflexión”, como llama Lapierre a esa necesidad de enfrentarse siempre al bloque macizo de lo conocido, al mito de la Razón [en este caso literaria], rompiéndose los dientes si es preciso. Un nomadismo tal que implica proceder a saltos, desarrollando una idea por aquí y otra por allá, revolcándola, tanteándola, olvidándola por un rato para luego retomarla si nos apetece. ¿Por qué no hacer un cuento a modo de disertación filosófica o presentar una disertación filosófica escrita en tono de novela light? Quizá habría que hacer de toda literatura un ensayo [literario], atravesando las fronteras de cualquier género. De este modo, no resultaría difícil encontrar en algún verso de raíz poética las claves para pensar el papel del escritor y al mismo tiempo impensar la Literatura: “el poeta [el escritor] hurga en su corazón/como quien busca pan en la basura —dice Luis Chaves—/ la poesía [la literatura] moja el colchón/ y en las páginas del diccionario/ de la real academia/ escribe el teléfono de la esposa/ de su mejor amigo”. ¿Captas? Así, más que puntos de llegada [más que textos encerrados en sí mismos], habría que establecer «campamentos provisionales», abiertos, que inviten a la ludicidad, sí, pero también a la (auto)crítica [intertextual]. Más que al autor —como sugería Barthes—, habría que dar muerte al Escritor. La Literatura agoniza; el tiro de gracia habrá de dispararlo el escritor. Pero como el buen desencantado y apático que soy, estoy casi seguro que hasta la acción más subversiva tiende a reificar los órdenes establecidos. Ante ello, como siempre, surge la bendita duda: ¿acaso todo lo anterior no es más que el reverso de una patética súplica en la que quien esto escribe implora ser reconocido como un Escritor? ¿Acaso el rechazo de todo aquello que representa la Literatura no es sino la más pura literalidad de la metáfora que involucra al ardor que mató al quemado? Quizá. Quién sabe. Lo que es cierto es que [solo] sólo escribo para contradecirme y, cuando escribo, me crece la nariz.



4 comentarios:

Anónimo dijo...

lo dicho, me gusta más como escribes cuando no eres tu (aunque siempre estes implicito), no te cuestionas, no filosofas, solo vomitas letras "locas" y eso me gusta

...sea lo que sea uno siempre puede cambiar de opinion, ya lo decia la celebre chimoltrufia: "yo como digo una cosa digo otra"
y no es que intente hacerte cambiar de parecer, para nada, a final de cuenta que seriamos si se cumplieran todos nuestros deseos?!

yo hace algun tiempo decidi no cuestionarme tanto, o al menos no tan drasticamente xq eso de pasarsela pensando en que si no es blanco es negro o que a lo mejor lo que yo veo negro el otro lo ve blanco (y tantas cosas por el estilo) ... es cansado, es cansado vivir en la duda

mejor asumo lo que pueda asumir e intento no hacerme pato con la parte que a mi me toca, aunque igual hay cosas que puedo reconocer y aun asi me hago la loca

que dije? ... no importa

hay muchas cosas que se pueden hacer con una nariz que crece jejeje

saludos

la lola

David Temper dijo...

Con el repost muestras que el contexto destaca más en la mente que el texto. :)

Cuando dices "supongamos además que dicho cuento se estructura alrededor de un vacío, cuyo eje no es precisamente el de la lógica occidental", me recuerdas al concepto estético de David Lynch de el ojo del pato: una escena clave, que no constituye para nada parte esencial de la historia, el vacío a donde el resto de la obra gravita.

Igor dijo...

Exacto, buen Harry. Como director de cine, Lynch es un excelente escritor. Jeje. La idea va por ahí. Y qué puedo decirte, estimada Lalola: los últimos post han sido como una especie de respuesta no pedida a tus comentarios. Jeje. Gracias por las visitas.

Efímera dijo...

Escribes muy bien te felicito