jueves, julio 06, 2006

¡No!


¡No! Y el mío es un no rotundo frente al oscurantismo inquisitorial que se cierne sobre nosotros (mexicanos en general, y zapopanos jaliscienses en particular). ¡No! Yo no voté por Calderón porque considero que tenerlo a él como gobernante es lo peor que le puede pasar al país. ¡No! Mi voto tampoco fue para López porque no creo que una izquierda anquilosada y prehistórica pueda sacar a México del pozo en el que está sumergido. Mi idea de proyecto de nación no tiene qué ver ni con el PAN ni con el PRD (mucho menos con el PRI o el PANAL, ¡asco!). Y sin embargo...
¡No! Nunca he deseado tanto equivocarme, pero tengo la terrible certeza de que nos espera uno de los peores sexenios de nuestra historia. Desde luego que ante la indignación que me provoca lo que acontece en la arena política nacional se imponen las lógicas inmediatas de la protesta, por un lado, y de la apatía y el desentendimiento, por el otro.[1] Pero ojo: recordemos que tanto la pasividad más profunda como la acción más subversiva tienden a reificar el orden instituido. El único resultado posible de toda rebeldía no es sino la legitimación última del pseudotriunfo panista. En este sentido, lo importante no radica en posicionarse a toda costa en contra del sistema. La verdadera protesta consiste en situarse del lado de la más pura ortodoxia, en adoptar de manera radical y hasta el límite los más enraizados preceptos blanquiazules de crucifijo y sotana. Más que un sano repliegue hacia la estabilización de la esfera privada, se precisa acercarse histéricamente al mismísimo núcleo de lo público, penetrarlo hasta el hueso hasta sorber la médula ultraconservadora. Habría, pues, que enrolarse en las filas del PAN, y adoptar como bandera cada uno de sus mandatos, cumplirlos sin rechistar, hasta convertirse en un ser más panista que Sandoval Iñiguez. Y si los contactos lo permiten, habría que llegar hasta el fondo y entrometerse en El Yunque, plagarlo con nuestra presencia, seguir al pie de la letra cada dictado y cumplir con el deber que se nos imponga. ¿Libertad de pensar y elegir? ¿Para qué? Es mejor vivir feliz y contentillo, contemplando estúpidamente una bandera azul con lindos terminados fascistas en las esquinas.

Alcemos todos la mano derecha y saludemos al [bendito] triunfador. Hail, Felipe.


(¡No!)



[1] Dentro de estas categorías está incluida, también, la movilización social virtual, es decir, aquella que nos interpela a enviar cadenas y cadenas de correos sin destinatario, en donde el botón de “enviar” y el “mouse” adquieren el mismo estatus ontólogico que el fusil y las cananas revolucionarias. Puag.

7 comentarios:

YuguruNa dijo...

La memoria colectiva se cierne sobre nosostros con peligrosidad, me parece un insulto hablar y vaticinar los peores males cuando ya habitamos un pais donde hay 30 millones de pobres pero es el mismo sol que despierta al hombre más rico de latinoamerica y uno de los mas ricos del mundo, un pais que ya ha vivido el totalitarismo y el genocidio, un país que ha sido engañado por la historia. Creo que la verdadera protesta consiste en ejercer la democracia por imperfecta que sea y ante todo recordar; no todo tiempo pasado fue mejor.

Enigma dijo...

Ok, personalente hablar de la continuidad politica de Fox, no esta mal pero CAlderon tiene mas quehacer politico que el mismo Fox, asi que espero se siente a dialogar con el congreso.

Deseo vehementemente te equivoques, no sea uno de los peores sexenios de la historia.

Saludos

El Enigma
Nox atra acva circumvolat umbra

Diana dijo...

Es extraño encontrarse en Jalisco (mayormente panista) un alma descarriada de los cielos políticos, felicidades y ojalá más hubieran pensado lo mismo antes de votar, saludos.

Igor dijo...

Zas, yuguruna. De acuerdo contigo: no todo tiempo pasado fue mejor. Mi apuesta era por lograr un verdadero futuro, y no un terrible retorno a la época medieval. ¿Realmente es tan difícil darse cuenta de lo que representa el PAN, es decir, de A QUIEN tiene detrás? No lo creo. Basta escuchar a Pedro Ferriz Lechón para darse cuenta de cómo se utilizan los medios para predicar el mensaje. ENigma, de verdad, de verdad, que deseo equivocarme fervientemente. No sabes cuánto lo deseo. Y también, por qué no, estoy de acuerdo contigo. Diana, pues qué te puedo decir, soy más conservador que muchos, como buen tapatío-zapopano. Aunque a veces me salgo del huacal. je. Chido a todos por venir.

Hail, Felipe.

Ernesto Rodsan dijo...

Provocador, deslegitimador, contradictorio, paradójico... Pareciera la práxis de principios psicologistas de un actor frente al sistema. "¡No!" Porque quiero la legitimidad. No, porque quiero la credibilidad. No, porque me inclino por la certidumbre. Por eso seguiré enviando cadenas invitando a participar en redes ciudadanas que apoyen la transparencia en los comicios y seguiré publicando mis análisis y posicionamientos en mi blog. Y si con ello estoy legitimando al Yunque, pues que bueno para el neoconservadurismo mexicano.

Igor dijo...

Y lo peor de todo, mi estimado Yohualli, es que yo también seguiré enviando mis cadenas de mails, y seguiré comiendo y bebiendo del sistema... jeje. I love my blue pills.

Anónimo dijo...

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