miércoles, septiembre 01, 2004

"Permítame, Sr. Presidente"


"el primer acto es un hombre desnudo.
una explosión colectiva de risa
atrae la mirada del reflector.
la gradería está repleta:

de payasos"

Luis Chaves. Espejos (fragmento)


Era de esperarse. El 4º informe del estado que guarda la administración pública de México fue un circo divertidamente estupendo. Y creo que el verso del poema de Chaves con que se abre este texto condensa, en buena medida, la lógica mandibulinesca en la que se vio [y se ha visto] inmerso nuestro querido Presichente (para quienes debido a su juventud no lo recuerdan, Mandibulín era un personaje surgido de la retorcida mente del dúo dinámico compuesto por Hanna-Barbera. El monigote en cuestión era un gigantesco tiburón blanco que tenía una terrible voz aflautada y se regía casi siempre por una cobardía absurda. Su frase favorita era: «ya nadie me respeta». Resuena ¿verdad?). Luego de la toma de postura de las [seis] distintas bancadas partidistas, fuimos testigos de cómo una Comisión de Cortesía literalmente «arreaba» a Vicente hasta el recinto del Congreso en San Lázaro: parecía que el presidente intuía lo que iba a suceder unos minutos después, porque hasta se jaló una sillita y se puso a «comentar el punto» con la vistosa Comisión, como para «hacer tiempo». A lo mejor Vicente ni siquiera tenía ganas de ir.

Luego del lujoso trayecto minibusero que experimentó la caterva de cortesía, y con su entrada triunfal al recinto, Vicente tenía todo bajo control. Aplausos, saludos, abrazos. Todo al por mayor. Hasta la lluvia parecía haberse puesto de su lado [recordemos que buena parte de los últimos informes han estado pasados por agua]. Todo era como un eufemismo de aquella pantomima del 2 de julio del 2000: el triunfalismo hacía acto de presencia y poco a poco se transminaba al ánimo del pueblo. Pero no era más que eso: una pantomima. Como una metáfora de los cuatro años del (des)gobierno foxista, al subir Vicente al foro [quizá] más importante de la República, lo que se observó fue cómo su botuda gallardía se transformaba en la desdibujada figura de un presidente que parecía estar ausente, debilitado moral y físicamente [o desnudo, como lo anuncia el verso de Chaves]. Y se le notaba en la voz: no pasaron un par de frases sin que Fox trastabillara:

Comparezco ante esta Soberanía para cumplir la responsabilidad que señala el artículo 69 de nuestra Constitución, de rendir cuentas sobre el estado que guarda la administración pública del país. Hago entrega del Informe escrito y sus anexos, que detallan los resultados de este año de gestión. En este mensaje me referiré únicamente a los aspectos más relevantes( ejem, ejem). Al asumir la Presidencia de la República, incorporé a mi propuesta de gobierno las aspiraciones democráticas de la sociedad, profundizar en la democracia. El mandato ciudadano que recibí fue muy claro: avanzar en la construcción de un país que tuviera como ejes la independencia de los poderes y el fortalecimiento del orden jurídico (tragito de algo amarillento que, desde mi perspectiva, no era agua).


Y ¡zas!, comenzó la primera de 36 interrupciones (por lo menos esas fueron las que alcancé a contar). Desde gritos tales como: «Se ve, se siente, la patria no se vende», hasta «No al desafuero» o «López Obrador» [voz ante la cual Vicente no pudo reprimir una casi imperceptible mueca de algo como el asco], hasta improvisados carteles que ofrecían medalla de oro a la mentira más rápida. Total, hasta Manlio Fabio Beltrones, recién estrenado presidente de la Cámara, se dio el lujo de interrumpir autoritariamente al presi: «permítame, Sr. Presidente» —¡lo calló!, Ja . Rato después, no cabe duda que la gradería del recinto de San Lázaro no estaba llena más que de payasos. En fin, cabe aclarar que no quiero demeritar los logros [si es que hay alguno más o menos decente] del mandato de Fox. Tampoco quiero discutir [por lo menos hoy, porque tengo que terminar para la clase de mañana un libro que versa sobre Manuel Lozada y, para variar, no he ni siquiera comenzado a leerlo. Y lo peor es que lo escribió el profe, así que ni forma de sacarle al parche] acerca de la cercanía de los proyectos neoliberales a ultranza a los que nos han subsumido nuestros gobernantes, por lo menos desde Miguel de la Madrid. Menos aún discutir acerca del espejismo del cambio o de la reducción electoral/electorera de lo democrático… Lo que quería poner de relieve es la manera en la que la presidencia ha afectado a Vicente. Se le nota en el rostro, en la frente cada vez más amplia, en el apoquinamiento. Si no, fíjense en cómo el presichente se iba hundiendo, haciéndose chiquito en la silla del águila, cuando Fabio Beltrones le contestaba de manera durísima pero conciliadora, su reporte del estado que guarda la nación (aunque la frase se oiga muy gringa, así es. Hay que recordar que el informe es el marmotreto en sí que Fox entrega para que lo glosen. Lo que vimos hoy es sólo un reporte).

Sólo resta decir que lo que vimos este día por televisión nos muestra que el sexenio de Fox fue cortísimo y, según parece, terminó hoy, hoy, hoy. El veloz nerviosismo con el que acabó de dar lectura a su informe nos lo confirma: Fox desea terminar con todo esto y dedicarse a los negocios, a su rancho, y a vivir de la pensión vitalicia que le pagamos nosotros, los súbditos. Perdón, los ciudadanos mexicanos. Tanto la movilización del domingo pasado contra el desafuero de LO y las acusaciones que penden sobre Creel, como la patética demostración que nuestros legisladores exhibieron hoy en televisión nacional son indicadores de: 1. Que la disputa por la silla presidencial está, oficialmente, en marcha; 2. Que el horizonte se pinta cada vez más negro y con una grave ausencia de proyectos de nación (¿López Obrador y su izquierda terriblemente anacrónica y anquilosada? ¿Santiago Creel y la perpetuación de un proyecto neoliberal a ultranza? ¿Las megalomanías de Muñoz Ledo o de Castañeda? ¿Madrazo y el inicio de un nuevo porfiriato? ¿Slim? ¿De la Fuente? ¿Kawaghi?. ¿to PRI/PAN/PRD or not to PRI/PAN/PRD? That is the question. Chale ¿dónde está la democracia social, que es lo que verdaderamente necesita este país?

Pd.

Como nota al margen, desde mi perspectiva, [y que conste que no tengo filiación política] la única postura que además de criticar ofrecía propuestas interesantes [que siempre terminarán por estrellarse contra la sempiterna falta de presupuesto] provenía de la facción conformada por el PT (con una grandísima presencia de seis escaños). El PRI (224 curules) y el PAN (151) y el PRD (97), igualitos: jalando agua para su molino. Como dijeran Bobbio y Giddens: no cabe duda que cada vez más estamos más allá de la izquierda y la derecha. Ah, y Jesús Ortega me provocó un episodio de risa cuando, en pleno ataque a las corruptelas panistas y priístas, palideció ante el grito de «Bejarano, Bejarano». Ja. Hubiera resultado más divertido si Ortega pudiera haber contestado: «Creel, Creel», o «Madrazo, Madrazo». Total, la lista es larguísima. Y del muchachito imberbe del PV (17 curules) mejor ni digo nada (ahora resulta que se valen de argumentos zapatistas para… uhg). Aclaro que no alcancé a escuchar la postura de Convergencia (5), por lo que hasta mañana que lea los diarios tendré una opinión formada. Ah, lo olvidaba: ¿qué tan significativa puede ser la presencia de Emilio Azcarraga Jean en el contexto del informe? ¿Y la de López Obrador? En fin… El asunto se pone cada vez más interesante por que cada vez se torna en algo más soso, cual novela de Easton Ellis.

2 comentarios:

nacho dijo...

Jeje, leí tu mordaz post sobre el 4to informe de daños y perjuicios. Marcos Rascón con su cara de cochi interpelando a Salinas se colocó en la cima del top ten de los interpeladores. La verdad, de entonces a la fecha el ingenio y la ironía entre los diputados ha estado de vacaciones. Los gritos en la Cámara son como los gritos en la recámara, lejos de acabar con la solemnidad añeja la fortalecen. El grito "Bejarano, Bejarano", de lo mejor. Saludos, luego nos vemos (digo, nos leemos).

nacho dijo...

Master Rencoria:
Ya había visto su post desde endenantes, de hecho hice el mío (el que se borró) luego que leí el tuyo. Hasta pensé que ya había dejado mensaje. Perdón, mi alzehimer me traiciona. Je, saludos.