domingo, noviembre 25, 2007

Uno

Metatextos cambió de casa. Ahora están acá. He aquí mi contribución.

—A ver, Donchuy. Platíquenos lo que le pasó con aquel compita suyo, que dizque ya se había muerto. Yo le invito su mezcal si nos lo cuenta.

—¿Para qué? ¿Para burlarse? —El ebrio agachó el rostro y volvió a hundirse en sus pensamientos. El joven le ordenó entonces a la mesera que le llevara dos vasos de mezcal a aquel sujeto.

Luego del primer sorbo, el ebrio comenzó a balbucear: —Andaba fuera del pueblo, cuando me avisaron que mi amigo había muerto. Llegué tres días después. Cuando me vio en la puerta, la hermana de mi amigo me abrazó, gritando: “¡está muerto, Jesús, está muerto!”. Me acerqué hasta donde estaba él, y lo contemplé un rato largo. Parecía dormido. Para entonces yo ya tenía algo de fama como mago/adivinador. “Hacedor de maravillas”, me decían. Así que me pareció normal gritarle que se levantara. Llorando, le grité una vez más. Abrió los ojos. Intentó erguirse. ¡Lázaro!, gritó una de sus hermanas. Ella se desmayó. Casi me cago del susto. No terminaba de acostumbrarme a lo que podía hacer. Ya ves, a eso me dedicaba yo en aquellos tiempos. Pero ahora…

La burla del grupo no se hizo esperar: “¿Entonces se levantó y andó?”, preguntó el joven. “¡Anduvo, pendejo!”, le contestó otro, siguiendo el juego. “Bueno, sí anduvo pendejo un rato, pero ya después se compuso”, contestó éste, completando la broma. El estallido de risas fue generalizado. El joven sacó un billete de 50 pesos de su cartera. Lo arrugó y lo lanzó al piso. Todos reían a carcajadas. —A ver Donchuy. ¡Ahora baile! —El ebrio, terriblemente humillado, recogió el dinero. Éste era el precio de la inmortalidad, la insignificancia de ser dios.

Le dio un sorbo a su mezcal, cerró los ojos y —sin llorar, casi— se puso a bailar.

martes, noviembre 13, 2007

i latina

Este es el ejercio 6 de Metatextos. A ver qué tranza:


Desafío: intentar escribir varias líneas utilizando mi signo favorito. Definámoslo: I latina. Bellísimo signo. Minúsculo. Casi insignificante. Línea. Puntito. Medianía. Duplicidad ¿Sería posible satisfacer mi desafío? ¿Ejercicio literario estúpido? Quizá, pensaría alguien. ¿Mi perspectiva? Difícil cumplirlo, sí. Indudablemente. Casi. Ji, ji. Obstinación, obstinación. Graciosa obstinación. Comenzaría escribiendo figuras, adornitos metafóricos típicos, infaltables invitados literarios: paisajismo intimista, insalvable abismo, mirada infinita, brutalidad minimalista, fluir infame. ¿Haríamos literatura sin ti, i latina? Sí. Literatura baratísima, letrina. Mira: contigo, i latina, transito hacia territorios impensables, relacionados intrínsecamente, sin siquiera decidir si sigo intentando, si continúo así, deshaciendo signos, deshilvanando significados, pretendiendo integrar horizontes disímiles, parodiando, disimulando mi terrible incapacidad literaria. I latina: seguiré fingiendo, haciendo coincidir artificialmente letritas, letreritos, gerundios, diminutivos, infinitivos. ¿Sí entiendes, querida i latina? Escribiré minuciosamente, sin incidencias, sin estridencias, conduciré mis líneas haciendo malabarismos, fijando asideros, practicando variaciones temáticas, difundiendo historias mínimas, sobrevivencias. ¿Quieres finalizar aquí? Interrogación inútil. Seguiré siempre, siendo paria literario. Gracias i latina. Mi letrita favorita.