viernes, octubre 28, 2005

Va


Todo porque creo que si logramos sacar a la tierra de su órbita, existe en ello la remotísima posibilidad de que llegue el fin del mundo. Y yo quiero ser testigo de primera fila. Saltemos, pues.

miércoles, octubre 26, 2005

¿Apolo-gía?

Excelentes comentarios que le hicieron a mi post anterior. En relación con los chayotazos que le tiré a Facundo y Bisogno, Yohualli, por ejemplo, duda que exista una propuesta de nueva televisión que esté emergiendo de TV Azteca. Comparto plenamente su opinión. Es más, a diferencia de mi estimado amigo blogger y doctorante, me atrevería a decir que, incluso ni siquiera en los canales de cable locales hay un movimiento que pueda definirse como alternativo, o nueva televisión. Pero eso es harina de otro costal. Si me referí a Facundo y a Bisogno, no era tanto para señalar que existía una propuesta concreta para hacer una tele alterna, sino para evidenciar que éstos, con sus prácticas, señalaban, sin proponérselo, una buena vía para desarmar y desmitificar el infernal oficio de escribir. Estaba, en otros términos, aludiendo a las consecuencias no deseadas de su acción. Dudo mucho que Facundo y Bisogno estén conscientes de que hacen una tele adelantada a su tiempo [en donde hacer tele adelantada no equivale a formar parte de un movimiento que tenga como objetivo la conformación de una tele nueva]. Pero es innegable que en pocos años, ellos van a ser la regla y no la excepción.
____Ahora bien, Yohualli me señala adecuadamente que no alcanza a comprender mi propuesta, cuando aludo a la idea de narrar, desde otra perspectiva, a Rayuela. Lo más probable es que no fui lo suficientemente claro. Además, ni siquiera es una idea nueva. Cervantes, en el prólogo/introducción de El Quijote muestra unas estrategias excelentes para desarmar la literatura. Para seguir con esta obra, Pierre Menard como (re)autor del Quijote arroja nueva luz sobre el asunto. Borges, refiriéndose a libros inexistentes, también. En fin, la lista es larguísima. ¿Acaso los muñecos que presenta Facundo, imitando a las estrellas del canal de las idem, no es una situación homóloga a las que plantean los autores mencionados, es decir, que el núcleo de la literatura está compuesto de pura apariencia, y nada de sustancia, y que basta un cambio pequeñito de enfoque para tener una visón totalmente nueva? ¿Realmente la Real Academia de la Güera Limantour no constituye la radicalización total de la deconstrucción, en el sentido de que un bato naco encarna a una morra grotesca y todavía más naca, que ofrece lecciones para hablar un español correcto? Imagina las puertas que ello abre para la (post)literatura. Siguiendo con esta idea, debe ser delicioso leer Rayuela contada por la Maga. O El Quijote narrado por el Ventero. O Fight Club desde la perspectiva de Marla. Re-armar la Biblia teniendo como frase central, como nudo de la trama, la frase: ¿dios mío, por qué me has abandonado? [en lugar del amaos los unos a los otros]. Todo ello sería, perfectamente, literatura. Muerta. Y viva al mismo tiempo. ¿Me explico? La creación de estereotipos que [por accidente] derrumben a los estereotipos es el núcleo de la postliteratura. No así la idea de generar una especie de movimiento. Recordemos que hasta la acción más subversiva tiende a reificar lo establecido. Sin embargo, las consecuencias no deseadas de la acción son, muchas veces, más poderosas, por llamarlas de algún modo.
____En este sentido, el Maese Chiva tiene razón cuando señala acertadamente que desde los antiguos hay vanguardias que han hecho de la ruptura una tradición. No puedo estar más de acuerdo que, más que poner atención en aquello que emerge de la ruptura, es más pertinente abordar la ruptura en sí, la brecha que se genera, el abismo, la herida que no sana. Es en esta imposibilidad de sutura en donde radica, precisamente, la postliteratura. No la de los antiguos, sino la de los nuevos, por parafrasear en algún sentido a Nietzsche, ese viejillo vitalista y loco. Caen unos pilares, y surgen otros—dice el buen Chiva—, y la creación, tan campante. Sin duda alguna.
____El Leprosario, por su parte, aporta vías que me parece indispensable explorar (i. e. Barney y los Teletubbies, ambos de cierto corte obsceno, por asexuados e inexpresivos, y perversos, etc.). Excelentes sugerencias, mi estimado. Finalmente, el Gkrtr duda que Facundo sea consciente de la destrucción que promueve. Comparto plenamente su idea, y le señaló, además, que no importa tanto si Facundo es consciente o no, sino la lectura que uno hace de él: más que mirar el mundo, la destrucción televisiva, la postliteratura, como un proceso objetivo, ajeno a mí, habría que pensar en que, sin desearlo, lo están haciendo. Tal como te decía el otro día con respecto a la filosofía, carnalillo: el núcleo problemático de toda filosofía está en la pregunta que interroga por la Verdad. Hasta ahora, los filósofos han descubierto dos grandes vías para responder (la Verdad se devela, o la verdad se construye), y con ello han abierto una enorme brecha. Me parece que desde hace 2500 años la pregunta ha estado mal planteada: no hay que indagar los extremos (no hay que poner el foco del análisis en el absolutismo totalitario hegeliano o en el subjetivismo heiddegeriano; no importa tanto si Bisogno o Facundo son conscientes de que están desmadrando la tele), sino en la brecha que se abre entre ellos, la cual, en última instancia, es constitutiva del orden simbólico, del campo social (i. e. en las puertas que desde la tele se abren para la literatura). ¿Me explico?
____Y como siempre, Biba Bizancio.

jueves, octubre 20, 2005

¡Chido!

Pudiera pensarse, con razón, que buena parte de las ideas que he expuesto aquí acerca de la postliteratura hunden sus raíces en alguna tradición literaria concreta (o mejor aún, en muchas). No dudo que la lectura de Cortázar, Borges, Palahniuk, Chaves, Cervantes Mailer, y tantas otras que pudieran enumerarse de manera igualmente caótica, han influido de modo fundamental en ello. Pero el otro día, debido a mi afán snob e intelectualoide y, sobre todo a que disponía de unos minutos de inútil ocio, intenté rastrear «la ruta» por la que he llegado a toparme con la [urgente necesidad de una] postliteratura [¿y eso a quién carajos le importa?]. Obviamente, todo esto ocurrió mientras me chutaba La Parodia, en la televisión. Me sorprendió ver, en dicho programa, la imitación de un personaje que encarna a la perfección el singular-universal del teporocho: el so called Changoleón. Unos días después, me tocó observar en la pantalla el sublime momento en que al Changoleón verdadero le presentaban a su monigote. Ser testigo de La Presencia del Changoleón auténtico frente a su [botarga] Real casi socavó por completo la [particular] ontología changoleonezca: era ver como la sombra de una sombra, atestiguar el momento en el que se abre una brecha sin posibilidad de sutura, un acceso a la liquidación total, a la nada. Días después ocurrió algo similar con Jolette y Daniel Bisogno. Fue fabuloso. Entonces entendí: si, de acuerdo con lo que he insistido en otras partes, los efectos preceden a la causa [sí, tal como lo lees], entonces encontré el enclave de la postliteratura, irónica y precisamente, en la televisión. Sobre todo de la mano de Facundo y de Bisogno, esos dos personajes de la tele que, desde mi punto de vista, son (casi) lo único (im)presentable y (des)honroso de dicho medio. Digo esto, claro, con mucho cariño. Desde que Facundo hacía Depasónico, en Telehit, hace ya algunos años, lo he considerado un tipo genial. Hoy, con Incógnito, su programa más reciente, está logrando lo que a mi modo de ver debería ser el propósito último de toda (post)literatura: des(cons)truir brutalmente aquello que sirve de pilar, ejercicio y soporte, es decir, acabar con la televisión desde la televisión [destruir la literatura desde la literatura misma]. Daniel Bisogno, desde la Cuchufleta y ahora en Ventaneando, hace lo mismo: derriba a diestra y siniestra a cuanto pilar se le pone enfrente. Sin duda, ambos tipos están (re)haciendo, hoy, la televisión del futuro. Están adelantadísimos a su tiempo. ¿Qué si no puede inferirse al contemplar a Changoleón frente a su doble? ¿Acaso presentar lo impresentable (i. e. un teporocho, caguama en mano, mugroso y chimuelo) no rompe con el estereotipo que ha plagado desde siempre a la esfera televisiva? [claro, sólo para formar nuevos estereotipos... Pero esa es en última instancia la idea ¿Captas?]Para el caso de la literatura: ¿por qué no contar Rayuela desde la perspectiva de Pola, o Babs, o el viejecillo reclamón del piso de arriba, justo el día en que murió bebé Rocamadour? ¿Realmente la Güera Limantour no constituye la antítesis de toda fémina/estrella televisiva [y lo mejor de todo, es encarnada por un bato]?. Ni hablar, Facundo y Bisogno nos están mostrando el camino para la des(cons)trucción total de la literatura. Chido güeyes.

viernes, octubre 14, 2005

¡Cállate Magritte!

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_____¿O sí?

viernes, octubre 07, 2005

¿Ficción?

Se detuvo abruptamente. Miró en todas direcciones. La avenida estaba casi vacía. Llovería en cualquier momento y la gente se apresuraba. Nadie parecía prestarle atención. Sacó —por cuarta vez durante ese día— la vieja billetera de su bolsillo, y extrajo el mugroso papel en el que, con tinta roja, había ido marcando minuciosamente la localización precisa de sus «tesoros». Lo desdobló. Temblaba un poco, como siempre que. Guardó de nuevo el mapa. Se dirigió hasta el sexto arco de cantera. Puso su portafolio en el piso. Junto al pilar, alzó su mano hasta tocar el borde de la pequeña cornisa. Sus dedos palparon la superficie rugosa, impacientes. Ahí no había nada. Buscó otra vez, sin resultados. Comenzó a desesperarse. 4, 5 6, contó de nuevo los arcos. Estaba en lo correcto. Se alzó de puntillas para explorar con mayor profundidad y, finalmente, ahí estaba su pequeña caja. La tomó entre el pulgar y el índice. La puso frente a sus ojos y ajustó sus gafas. La abrió. Comprobó el contenido y sonrió satisfecho. Todo parecía estar bien. Volvió a dejar el paquete en su lugar. Se sacudió las mangas del elegante saco. Acomodó el nudo de su corbata y siguió su camino. Ya sólo faltaba una verificación más para poder irse tranquilo a casa.
_____Por hoy.

lunes, octubre 03, 2005

No hay bronca...

El país se está cayendo a pedacitos, pero no importa. Ahora somos campeones del mundo..... Qué tristeza.